La Tauromaquia en la Cuarta Transformación

 La Tauromaquia en la Cuarta Transformación

Gabriel Hernández

Cuando Francisco Madero convocó al pueblo de México a hacer un cambio de gobierno, no sabía que iniciaba un movimiento que sería llamado “Revolución  Mexicana”. Así, hay en este momento el deseo de dar un cambio social al que no sabemos bien cómo llamará la Historia. Ahorita le decimos “Cuarta Transformación”. No existe todavía una definición precisa de lo que es la 4T o del todo claro el conjunto de las metas concretas para que se manifieste ese cambio en el que se coincide. Se está,  pues, en un proceso de definición y de nominación.

Muchos son los temas sobre los que hay que acordar qué es lo que queremos. Quiero tomar, a modo de ejemplo, un asunto que desde hace mucho me ha interesado y que, por la fiesta astronómica del Solsticio de Verano, se reitera su celebración en algunos puntos del país cuyo patrono es el Bautista, las corridas de toros. El pie de discusión es: ¿Cabe la “Fiesta Brava” en el México que queremos que surja de la Cuarta Transformación?

Opino que la Tauromaquia es un vestigio de una etapa de menor evolución  de la Humanidad  y que es incorrecta a la luz de la Moral,  de la Religión de quienes la practican y del Derecho. Vigente.

1.- A la luz de la Moral.

La tauronecrofilia es un gusto de tiempos pasados, cuando era moralmente válido el destruir “cosas” en público, en el redondo circens. Cosas eran los esclavos y criminales en el Imperio Romano. Cosa consideran hoy los que aplauden, al animal que destroza el matador; cosa, res. Sin embargo, mayoría de la sociedad lo considera Animado, vivo, y en gran número, el público se aleja de los ruedos.

Dado que los valores morales surgen de la ética personal, es difícil encontrar una opinión universal. Sin embargo, hay intentos por clarificar los conceptos. Uno de ellos es la Cartilla Moral, que es una referencia a las aspiraciones morales de la 4T. Podemos considerar que el tema se aborda en el siguiente párrafo:

” En verdad, el espíritu de maldad asoma ya cuando, enturbiamos una fuente de agua clara, o echamos inmundicias a los ríos o desechos tóxicos al mar; o cuando arrancamos ramas de los árboles por sólo ejercitar las fuerzas; o cuando contribuimos a ensuciar el aire que todos necesitamos; o CUANDO MATAMOS ANIMALES FUERA DE LOS CASOS EN QUE NOS SIRVEN DE ALIMENTO; O CUANDO TORTURAMOS POR CRUELDAD A LOS ANIMALES DOMÉSTICOS, o bien nos negamos a adoptar prácticas que los alivien un poco en su trabajo”  A: REYES; Cartilla Moral, p. 23.

2.- A la luz de la Religión.

Jesús, el Cristo, fue un Maestro de Amor. Cubierta por la cáscara de la devoción del Cristianismo Católico,  el goce por ver la muerte de los toros, es una fiesta de origen pagano, un tauróbolo al cual el sincretismo en España convirtió en parte de las festividades anuales a los santos de las ciudades y villas.   La Tauromaquia (rito pagano) es contraria al Cristianismo de la Iglesia Católica; la cual, en su Catecismo expresa: “CANON 339 Toda criatura posee su bondad y su perfección propias. Para cada una de las obras de los “seis días” se dice: “Y vio Dios que era bueno”. “Por la condición misma de la creación, todas las cosas están dotadas de firmeza, verdad y bondad propias y de un orden y leyes propias” (GS 36, 2). Las distintas criaturas, queridas en su ser propio, reflejan, cada una a su manera, un rayo de la sabiduría y de la bondad infinitas de Dios. Por esto, el hombre debe respetar la bondad propia de cada criatura para evitar un uso desordenado de las cosas, que desprecie al Creador y acarree consecuencias nefastas para los hombres y para su ambiente.”

Esto se entiende como el argumento teológico, para pasar a la aplicación práctica en la que encaja la Tauromaquia Española:

“2418 Es contrario a la dignidad humana HACER SUFRIR INÚTILMENTE A LOS ANIMALES Y SACRIFICAR SIN NECESIDAD SUS VIDAS. Es también indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria de los hombres. Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos.”

No hay necesidad de matar al toro, pues, precisamente, para cumplir con su uso alimenticio, existe la costumbre y la ley que indican cómo debe matarse al ganado, según se explica en el párrafo siguiente:

3.- A la luz de la Ley.

EL ordenamiento vigente en Michoacán para la protección de los animales dice:

“Artículo 21. El Rastro, es un organismo municipal de servicio público. En los
procesos de sacrificio de los animales no humanos destinados al consumo, deberán
realizarse mediante sacrificio humanitario y cumpliendo con los requisitos y
especificaciones previstas para esos fines en las Normas Oficiales Mexicanas.”
Es decir, que no se puede considerar para el consumo la res sacrificada en un ruedo.

Resumiendo. Nada justifica la permanencia de la Lidia a la Española en el presente y el futuro de México. La costumbre particular no alcanza para validar lo que está en contra de la Moral y la Ley generales.

Tienen los diputados de la 4T y los hombres sensibles de otros partidos, la oportunidad de abolir, finalmente esta maligna práctica.

 

 

Isauro Gutierrez