La Libertad


Eduardo Murillo Gil
Lo complejo del tema, por naturaleza propia obliga a indagar, buscar en diversas fuentes una respuesta expedita y, si no, lo más acertado dentro de las posibilidades, tratando de formar del conjunto de las ideas como de la semántica misma, la cual nos cambia y reforma el lenguaje, la lengua y el habla, estableciendo la forma y el sentido. Así, el concepto “Libertad” debe de ubicarnos en la diversidad del pensamiento al que nos han tenido acostumbrados los diferentes sistemas sociopolíticos implementados.
En lo que a la Libertad se refiere, desde la Insurrección libertaria de 1810 con don Miguel Hidalgo y Costilla Gallaga a la cabeza, el capitán Allende, Aldama, José María Morelos y Pavón, Doña Josefa Ortiz de Domínguez y su esposo el Corregidor de Querétaro, y otros muchos patriotas del Bicentenario y del centenario de la gesta Revolucionaria de 1910, que están por llegar en un mañana incierto y lleno de incertidumbre, temor y desgracia como lo que hoy en día la ciudadanía sufre y con verdadero estoicismo enfrenta y soporta, mientras el gobierno le miente maquillando la información.
El concepto Libertad tiene un sinnúmero de explicaciones y sentidos, es la facultad natural de obrar ya sea de una manera o de otra, como la de no obrar, siendo ciertamente responsable de sus actos, condiciones o estado del que no es esclavo, ni dependiente de religiones, dogmas o precepto alguno. Y en el sentido general se entiende por Libertad la ausencia de obstáculos, como cuando se habla de la libertad de movimiento o de la caída libre de un cuerpo.
En sentido especial, podemos verlo y compararlo como un problema de la libertad, la cual se restringe al hombre. La Libertad humana como el sometimiento del hombre a los dictados de la razón, y no a los de la pasión. Supone la Libertad, entonces, un esfuerzo y es en realidad una conquista que, según Espinosa ha de lograrse día a día para merecerla. En la concepción Intelectualista del Voluntarismo, quien sostiene que la Libertad es el ejercicio de la voluntad que se determina a si mismo. Y el Determinismo por otro lado Bossuet decía, “cuanto más busco en mi mismo la Razón que me determina, siento que no hay en mi razón que mi sola voluntad”.
Cualquiera de estas dos concepciones se opone al Determinismo, aunque hable de determinación. Pues decir que el hombre se determina, ya sea por la razón o por la voluntad, significa decir que se determina a sí mismo, que es en lo que consiste la Libertad. Pero, de acuerdo a los filósofosalemanes del siglo XIX mismos que nos manifiestan en las concepciones tradicionales, la libertad es una realidad del hombre y que a partir del siglo XIX se ha atendido la libertad, no como un mero poder de elección, sino como un poder de creación.
El hombre es libre y es la única criatura libre, porque tiene que hacerse a sí mismo. En esto coincide el idealismo alemán de Fichete y Hegel con el espiritualismo de Bergson. El mundo de las cosas, es para Hegel, el mundo del ser en sí, que es lo que es, en tanto que el mundo del espíritu es el mundo del ser para sí, en cada ser tiene que hacerse a sí mismo. Bergson define la libertad como el poder por el cual el fondo individual e inexpresable del ser se manifiesta y se crea él mismo en sus actos. La libertad también puede ser entendida como la creación del mundo del espíritu, el cual se distingue del de la naturaleza. La libertad tiene un sentido, una necesidad que trasciende. Es propia de la naturaleza humana, se lleva consigo consciente o inconsciente, evidenciándose en todo cuanto nos rodea. Este sentimiento o necesidad, no necesita de confirmaciones, como ser humano se asume desde los orígenes y se lleva consigo, como parte de sí mismo, y en el entorno se identifica con el universo y con sus semejantes. Sin embargo, en distintos momentos de la historia de nuestra nación, este concepto “libertad”, ha sido tergiversado, pisoteando los más sagrados derechos Inalienables que lo encarnan constitucionalmente.
La libertad tanto tiempo anhelada por los hombres que creyeron en el Ideal de Miguel Hidalgo y Costilla Gallaga, Aldama, Abasolo, Mariano de Quevedo, la Corregidora y su marido el Corregidor de Querétaro, los hermanos Rayón y muchos otros próceres constructores de pueblos, que un día lucharon hombro con hombro, ofrendando sus vidas, su propia sangre y bienes en el más firme Holocausto en busca de la emancipación libertaria del sojuzgamiento de otros hombres “los gachupines”, no los conquistadores, cuyo interés bucanero, los llevó allende los mares, apropiándose por la fuerza de las armas y la tortura, robando los ricos y bastos territorios, imponiendo en nombre de su Rey, otra religión, otra lengua, otras leyes, otros usos y costumbres.
¿Pues de que Libertad, nos hablarán en el próximo Bicentenario Independentista de 1810? ¿Y del Centenario de la Revolución de 1910? Los dueños del sistema sociopolítico “mexicano”, Los grupos de poder que pueden propositivamente argumentar, o cínicamente emitirán juicios maquillados a su favor. La Partidocracia hoy reinante, la cual está por celebrar con bombo y platillo, como siempre lo han acostumbrado, Su primer” Centenario” con sus “roba formas” a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las cuales suman ya 486 bajo diversos pretextos de carácter leguleyo, imponiendo así sus propias libertades, las cuales solamente han servido para enajenar, concesionar, vender, imponer, gravar impuestos sobre impuestos, enriqueciéndose con sus libertades Constitucionales, creando con ellas las reformas constitucionales, más multimillonarios de tipo Slim a costillas de la pobreza y marginación de millones de mexicanos.
Se han olvidado de que la libertad ha tenido de nueva cuenta un precio y que, por su necesidad misma, se luchó y se derramó la sangre de miles de mexicanos en el movimiento armado de 1910, que encabezara el prócer de la Democracia Don Francisco I. Madero. Necesario es pues reflexionar en cuestiones tan serias y sublimes, las cuales dimanaron de valientes liberales o libres pensadores o tal vez por los resultados conocidos y sufridos hoy en día por la ciudadanía idealista en banca rota.
De ellos se desprendió una “Carta Magna” o Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde nos hablan del término libertad, Como son las libertades naturales y que son aquellas que el hombre cualquiera, sea la condición en que se encuentre, las necesita para sus fines morales y de las que no podría, ni puede ser despojado sin perder su dignidad.
En este sentido, el diccionario Quillet nos encuadra diciéndonos cómo la dignidad y la Libertad personal son Inalienables. La Libertad civil es el poder de hacer en la esfera de las relaciones que sostienen entre sí los ciudadanos de un estado, todo lo que las buenas leyes no prohíben. El términode Libertad política, se toma en dos sentidos distintos. Se emplea, al hablar de las relaciones de un estado con otros, para designar su autonomía e independencia, respecto de estos, más no tratados como los celebrados por ellos enajenando al país. Libertad de pensamiento, es la facultad de manifestar con toda independencia la propia opinión en toda clase de materia. Libertad de conciencia si es que la tienen, es la facultad de adoptar y manifestar creencias religiosas sin ser coartado por la autoridad pública. La Libertad de prensa es el derecho de manifestar el propio pensamiento por escrito o por medio de la imprenta. La Libertad de culto es el derecho que los adeptos a las distintas religiones tienen de practicar su culto y enseñar su doctrina. Libertad de enseñanza es el derecho de todo individuo a enseñar, con tal de que satisfaga las condiciones de capacidad y moralidad que la ley exige. El término de Libertad personal individual se toma en dos sentidos: En el primero significa el derecho de cada ciudadano a no ser detenido o encarcelado, sino en el caso previsto por la ley y según las formas prescritas para esto. Pero en el segundo sentido, más general, expresa el derecho de cada ciudadano a elegir el tipo de trabajo que más le conviene y ejercer su industria sin ninguna clase de trabas, cosa que jamás se ha llevado a cabo, siempre existen sus propias normatividades para esquilmar al ciudadano. La Libertad de cambio, es la facultad que tienen los comerciantes de comprar y vender tanto en el interior y en el exterior, sin ser sometidos a reglamentos prohibitivos o restrictivos, hechos estos que sólo sirven para el sometimiento de cobros y papeleos de carácter burocrático
La pregunta salta y da cabida a la reflexión. ¿Qué han hecho de nosotros los ciudadanos o que hemos hecho nosotros los ciudadanos? congreso de la unión, presidentes de la república, gobernadores de los estados, legislaturas locales y ayuntamientos. ¿Qué es lo que han hecho con el concepto libertad, tan cacareado por ustedes. en todas las fiestas patrias? ¿Qué es hoy el congreso de la Unión como también así su legitimidad representativa?
Al respecto Don Antonio Caso, nos refiere: El Estado alevosamente interviene en una actitud siempre humillante que profana no solamente el pensamiento. Allá los discursos en el Congreso de la Unión. Su obra es siempre individualista, pisoteando con su retorica Inconexa de discurso, todo principio de Libertad, el sueño de todos los buenos ciudadanos. Su respeto irrestricto a la libertad siempre por ellos condicionada. Goete, comenta sobre la Libertad y nos dice: sólo vale socialmente quien sabe obrar y servir sin demagogia alguna.
Nuestra libertad nació de la rebeldía individual y, mientras hubiere un pensador sincero, es decir, un rebelde, no desaparecerá el sueño de la Libertad en las conciencias de los individuos como en las naciones.