Las campañas en tiempos de pandemia

Quienes ahora se encuentran trabajando en la operación de las campañas políticas se enfrentan a un dilema, ante la necesidad de cuidar la salud de los militantes y simpatizantes.
Ya hemos visto imágenes desastrosas de algunos inicios de campaña en las que se aprecia un desprecio total a las medidas sanitarias.
Las campañas políticas encuentran su piedra angular en las estructuras que promueven el voto de manera directa y que motivan a sus simpatizantes a salir a votar el día de la elección. Ahí es donde se construyen los triunfos y las derrotas.
En realidad, las reuniones masivas sólo tienen un fin meramente mediático. Sirven para tomar buenas fotos y difundirlas a través de los medios de comunicación y ahora, en las redes sociales, pero su eficacia para promover el voto es muy reducida.
Quienes acuden a los mítines a escuchar los discursos de los candidatos, son personas que ya están convencidas de la propuesta. Es muy raro que alguien decida asistir para escucharlos y tomar después una decisión.
De todo esto se deriva que ya deben abandonar la idea de organizar grandes concentraciones. Deben concentrar sus esfuerzos en consolidar una estructura territorial promotora del voto y concentrarse en el manejo de imagen de cercanía con las personas, una cercanía que no sobrepase el metro y medio de distancia.
Las campañas políticas no se ganan en los medios de comunicación, se ganan en el terreno, pero eso no significa que se deba abandonar el tema, porque aun cuando los medios no pueden hacer ganar una campaña, sí pueden producir una derrota. ¡Aguas¡